Perceptible

Temible estos silencios,

No eh de escuchar palabra alguna.

Solo percibo.

Esta metamorfosis de lujuria ingrávida,

Que desciende por mi cuerpo,

No es humana.

Pareciera que la nocturnidad de las caricias,

Se acomodaran por los espacios dentro de mi alma,

Y se centraran en los sentidos.

¡Y yo que se!

De tanto que eh leído sobre el espíritu,

Las horas se me han vuelto eternas,

Entre tantas estructuras de hierro ,

Clavadas en mis escritos.

Pero siento…te siento,

Penetrando, aleteando, jugando.

Entre los confines inciertos de mis piernas.

Sin embargo no pertenezco a ese mundo.

Estoy enterrada en la tierra,

Habitada por la hadas de mi infancia,

Y cubierta con tierra fértil de los olvidos.

Quisiera extraer de mi,

Toda esta pasión enferma de miles de soles,

Para poder extender mis alas hacia el firmamento infinito,

En busca de la luz que salve a este cuerpo material de los pecados del mundo.

Y tu sigues ahí,

Diluyendo en cada pensamiento mío tus bienes,

Intentando por todos los medios de poseerme.

Ya no hay más….ya no más,

Solo queda esta voz muda en medio de la impenetrable oscuridad.