Saturday, January 22, 2011

A la Soledad


Como he querido ver en las sombras tu reflejo.

He destinado mil auroras de ensueño,

He arrojado mis claveles al viento,

Y tú navegante incansable de recuerdos,

Te refugias en mí como yo en ti.

Palpas,

Acaricias,

Las monedas de oro del sueño.

Y en este interminable flujo de días,

Te descubres,

Como alma inmortal,

En medio de los rosales espinosos.

Donde las noches se refugian de sus inacabados bordes,

Y las formas no se calculan en visión alguna.

Pero hablas,

Dialogas con ella,

Te dejas ver en un tumulto de frustraciones,

Desplegas las alas y pronuncias,

Vituperas,

Lo que hay en tu interior.

Aquí yace una descolorida niña ancestral,

Que describe la soledad inaudita de los huesos…del alma.

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